Subida de precios en Steam: ¿vuelve a reinar la piratería en Argentina?
La última movida de Valve en Steam está generando un terremoto en la comunidad gamer. Desde el 20 de noviembre, la nueva política de la plataforma está dejando a los jugadores de Argentina y Turquía con la billetera en la mano y los juegos fuera del alcance.
En octubre, Valve anunció medidas para frenar a los maestros de las compras en otras regiones. El golpe más fuerte: decir adiós a las monedas locales en Latinoamérica y Turquía, obligando a todos a soltar los dólares estadounidenses.
La polémica está en su punto más caliente, y los usuarios ya sienten el impacto. Según el tuitero LegonTW, Steam subió precios de juegos de manera descontrolada. Civilization VI, ese clásico, ¡se fue al 4000% más caro! Pero ojo, no todo es tristeza, ARK: Survival Ascended bajó un 50%. Al menos algo.
Valve asegura que todo fue consultado con los desarrolladores locales para traer “estabilidad”. ¿Resultado? Un caos de precios que deja a los jugadores con la lengua afuera.
En el ring de las decisiones, Steam da dos opciones a los distribuidores: seguir el precio sugerido o igualar al de EE. UU. ¡Pero claro, la segunda opción es una patada en la dignidad gamer para nosotros!
ACTUALIZACIÓN 23/11/2023: El Gobierno Argentino ajustó la cotización del “Dólar Tarjeta”, elevándolo a 948.60 Pesos. Este cambio convirtió la posibilidad de adquirir un videojuego en un recuerdo cada vez más distante. En otras palabras, después de aplicar todos los impuestos y realizar los cálculos de cotizaciones, por cada juego que adquieras en Pesos estás regalando otro al Estado (precio del juego * 2). Y si decidís comprarlo en Dólares estás entregando además una contribución al Ministerio de Economía (precio del juego * 2.55).
La movida tiene a los jugadores argentinos con las uñas afiladas. Comprar juegos ahora es como buscar agua en el desierto. ¿La consecuencia? Algunos pronostican que la piratería volverá en Argentina, un viejo conocido que estaba medio dormido por precios accesibles.
